El edificio
debe poder representar a sus usuarios, servir de imagen
y referencia de la institución, ser un lugar de
acogida para investigadores y visitantes y, sobre todo,
ser una máquina útil para albergar las
funciones para las que está pensado.
Un único volumen de una sola planta, con
una cubierta verde integrada en el paisaje, como
un tapiz elevado sobre las suaves curvas del terreno
que conduce y controla la luz, con patios y lucernarios
para dar la sensación de estar entrando en
un gran templo para la ciencia y la investigación.
El edificio ha de funcionar como un sistema, con
una organización muy clara. Así, hemos
trabajado la distribución en planta, ajustando
las superficies de las salas, agrupándolas
según los usos, midiendo las distancias entre
ellas y de los espacios de circulación para
mantener el control de la superficie del conjunto.
El resultado es un entramado modulado horizontal,
de una altura libre constante, una ciudad de calles
y plazas que va desarrollando las funciones del programa,
intercalando elementos de contacto con el exterior,
patios y lucernarios. Esta modulación permite
la diafanidad en planta y hace posible incorporar
cambios en la distribución interior.
Con la idea de realizar un edificio moderno y tecnológico,
entendiendo por ello a aquél que incorporando
con racionalidad materiales y soluciones constructivas
actuales, responda adecuadamente a las necesidades
de control energético y a la mejora de las
condiciones de trabajo.
Los alojamientos para invitados están separados
del Centro y enfocados hacia el paisaje. El arbolado
que lo rodea, intenta adecuar la escala del lugar
a la escala mas pequeña de la vivienda.
Concurso de Anteproyectos:Olmos Ochoa Arquitectos
Colaboradores: Rafael Medina, Marcela
Conci,
Alvaro Marzo,
Daniel Puerta.