Hemos recogido en esta «Casa de la Naturaleza» temas
conocidos por todos como son el bosque, el refugio,
el mirador, el claro, así como la diferencia
fundamental entre lo orgánico y natural y
lo técnico y artificial. La edificación
se refiere a los elementos del paisaje, se acomoda
entre las colinas, adopta la pendiente del terreno
y permite desde ella las vistas sobre los claros
y el entorno lejano.
La plaza de acceso se constituye entre la marquesina
de entrada, los anexos de la residencia del guarda
y el borde del bosque. Desde este claro, acompañados
en el interior por el suave movimiento de la cubierta,
nos adentramos en la densidad del bosque. Las funciones
se ubican en diferentes niveles respondiendo a la
estructura del programa de necesidades y permitiendo
una sucesión visual de estas superficies hasta
el límite del bosque.
La cubierta «flota» sobre el suelo y
unifica bajo ella las diferentes funciones de las
que la zona de exposiciones constituye el corazón
del edificio. Su construcción es a base de
láminas portantes de madera que apoyan sobre
pilares y pantallas de madera. El revestimiento hacia
el exterior es metálico. Las fachadas son
de vidrio, paneles ligeros y muros que encuadran
algunos recortes visuales del bosque. Los pavimentos
y revestimientos interiores de diferentes maderas.
El camino desde el pueblo hasta la «Casa de
la Naturaleza» es doble: bien peatonal atravesando
el bosque o bien en autobús, con un recorrido
temático más extenso.
Concurso de Anteproyectos:
Olmos Ochoa Arquitectos
Colaboradores: Rafael
Medina, Juan Laguna, Dorit
Gräml
y Anne Niemann