La disposición
en una sola planta para Residencias de la Tercera Edad,
permite un alto grado de movilidad, facilitando el
desplazamiento a las personas con dificultad de movimiento
o discapacidad.
La casa existente constituye el foco central de la
actuación, rehabilitándose y manteniéndose
en líneas generales su construcción.
Alrededor de ella y a modo de chaléts se dispondrán
las habitaciones en módulos de 10 o 12, que
tienen la escala de una vivienda y se conecta el resto
a través de una galería y porche que
además permite el contacto directo con la zona
de entrada, donde se concentrará más
movimiento y donde los residentes mantienen contacto
con los visitantes.
Las habitaciones se orientan buscando tranquilidad,
generando espacios, patio y jardín, que permitan
crear un microclima que reducirá las altas temperaturas
del verano. Esta organización espacial reduce
las distancias desde cada habitación al área
central, siendo ésta muy claramente identificable
desde cada módulo.
La naturaleza se integrará en la edificación,
arbolándose las áreas libres generales
y los espacios entre módulos. La capacidad de
la vegetación para incidir en la reducción
del impacto solar en la edificación, es utilizada
como elemento de proyecto. La construcción buscará reducir
lo máximo posible el coste energético,
por lo que se emplearán muros de gran capacidad
de aislamiento térmico. En las cubiertas se
cuidará al máximo la solución
de cámara ventilada, también con el mismo
objetivo de proteger térmicamente el edificio.
Se pretende, en suma, racionalizar los costes de aire
acondicionado y calefacción, mediante la construcción
de un edificio energéticamente económico.
Anteproyecto: Olmos Ochoa Arquitectos
Colaboradores:
Rafael Medina