El proyecto
trata de aprovechar al máximo las posibilidades
que ofrece el emplazamiento, a pesar de estar rígidamente
condicionado por la forma y dimensión del solar
y por las normas que le afectan.
Se opta por desarrollar una de las opciones estudiadas
que consiste en dos viviendas unifamiliares con acceso
directo desde la calle. El programa de cada vivienda
se desarrolla en torno a una escalera que se apoya
en la pared
medianera. Las estancias reciben luz y ventilación
a través de la fachada a la calle y un patio posterior
común. Ambas viviendas constan de una estancia-cocina,
dormitorio principal, aseo completo, dormitorio secundario
y zona de armarios. Desde la cocina se accede al patio
y desde el dormitorio situado en el ático se accede
a una pequeña terraza. La edificabilidad se completa
construyendo en ático la superficie que se detrae
de la correspondiente al patio en plantas baja y primera.
La norma regula el volumen capaz y la altura mínima
de las plantas. Así, se opta por elevar al máximo
la altura de la planta baja y la primera, que marcan la
cota de arranque de la cornisa del edificio, permitiendo
así que las salas principales dispongan del máximo
de iluminación directa. Por otro lado, la cocina
y el aseo, situados en la parte posterior de las viviendas,
comprimen su altura para permitir la construcción
del ático, con altura libre suficiente, dentro del
volumen edificable.
Se intenta evitar la entrada directa desde la calle
hacia la sala principal haciendo un vestíbulo mínimo
con dos peldaños y separado con un biombo de construcción
ligera. La escalera se plantea permeable, sin tabicas,
para evitar la excesiva compartimentación y permitir
el disfrute del espacio completo. Se proyectan unas carpinterías
grandes desde la cocina o el ático hacia el patio
y la terraza respectivamente que permitan aprovechar espacialmente
dichos espacios.
Los dormitorios principales extienden su superficie
con sendos miradores sobre la calle de la dimensión
máxima permitida y se conectan visualmente con la
habitación del ático a través de una
ventana interior. Los salones, ligeramente elevados sobre
el nivel de la calle, disponen de una amplia ventana que
se defiende de la visión directa desde el exterior
por medio de una celosía fija. Ésta se integra,
junto con el frente que une las puertas de entrada, en
el zócalo del edificio.