Lo que
era un antiguo cuartel debe ahora reconvertirse e integrarse
con naturalidad en la ciudad. Algunos edificios del
anterior uso se mantienen formando parte del nuevo
barrio mediante una reconversión funcional y
una rehabilitación interna. El nuevo barrio
se compondrá principalmente de viviendas y espacios
libres, algunos edificios de oficinas y un hotel.
La idea que aquí se propone es la de crear
un barrio abierto, permeable y tranquilo, que invite
a disfrutar de la experiencia de vivir en comunidad.
La transición entre los jardines apacibles de
la Residenz y Orangerie y las viviendas resulta natural
y sugerente, al disponerse itinerarios peatonales integrados
en un área verde continua. Se segregan las zonas
estanciales de las de tráfico rodado y se intentan
evitar cortes que interrumpan esta transición.
Asimismo, de la lectura de la propia ciudad, se capta
la idea de la fragmentación de los volúmenes.
El nuevo barrio intenta asimilar esta singularidad
de Kempten. Los nuevos bloques se distribuyen por el
terreno formando, dentro del gran barrio, sus pequeñas
comunidades con diferentes colores, diferentes formas
de orientarse y de comunicarse. Se agrupan en torno
a jardines comunes que quedan abiertos, comunicados
entre sí, permitiendo un paseo tranquilo a lo
largo del barrio.
Concurso de ideas.
Víctor Olmos y Gloria Ochoa en colaboración
con Clemens Frosch
Colaboradores: Mercedes de Miguel,
Paula Olmos