En una
de las más emblemáticas calles del Barrio
de Salamanca de Madrid se encuentra este local, situado
en entreplanta respecto a la calle, y al que se accedía
desde el magnífico portal de la finca. En atención
a la independencia del resto de los vecinos y a la
seguridad del inmueble, además de evidentes
ventajas comerciales, el promotor planteó como
premisa la resolución de un nuevo acceso directo
desde la calle. La propuesta da solución a los
problemas implícitos en la premisa. Se opta
por rasgar un ventanal hasta la calle, que servirá de
nuevo acceso al local. El cerramiento se compone de
un gran portón plegable con un acabado de acero
pintado y una base de granito hacia el exterior, y
al interior un trasdosado de madera de haya. Funciona
de tal forma que cuando el local está cerrado,
el portón se confunde con el zócalo y
paramento del edificio existente, y cuando el local
está abierto, las jambas de madera invitan a
la entrada del lujoso local. Tras él un frente
de vidrio aloja unas puertas automáticas y una
escalera sin contrahuellas salva la diferencia de altura
entre la calle y el local, permitiendo a su vez la
comunicación con el semisótano.
Proyecto y
obra: Gloria Ochoa y Víctor Olmos