El emplazamiento,
situado a mitad de camino entre los dos barrios del
término municipal de San Andrés del Rabanedo,
el propio núcleo del pueblo y el más
desarrollado que linda con el de la ciudad de León;
en medio de campos cultivados, prados verdes delimitados
por caminos flanqueados por hileras de árboles
y arbustos.
Como una casa de campo, una venta o un palomar, el
volumen del edifico se dibuja en el paisaje llano,
rico y verde. El edifico se compone de dos volúmenes
entrelazados por una tapia que encierra una plaza común;
el principal lo constituye un cilindro de tres plantas,
cuya geometría destaca en el terreno con la
libertad que éste le ofrece. Se piensa este
volumen como una señal de referencia en el campo,
un reclamo. Para ello, su envolvente se configura con
un sistema de aplacado de grandes piezas de cerámica
vitrificada, que ofrece una visión cambiante
del edificio al reflejar en su superficie los matices
de color de las diferentes horas del día y de
las estaciones del año. La sala de plenos, de
piedra y plomo, se cobija tras la tapia y se abre a
los patios interiores, donde se crea un entorno acogedor,
de árboles y jardín. Su independencia
del cilindro de oficinas permitirá multiplicar
sus posibles usos.
Concurso de ideass.
Víctor Olmos y Gloria
Ochoa
Colaboradores: Santos Benbunan