En una época
en la que domina la representación, consideramos
que uno de los problemas centrales que han de resolver
los modelos urbanos del futuro es el de la identificación
de los ciudadanos con el entorno urbano.
Esa identificación se realiza hoy en Santiago
de Compostela a través de elementos simbólicos,
representativos y monumentales y sólo por medio
de la variada mezcla de usos, los centros históricos
han sido capaces de evolucionar.
La ciudad clásica europea se ha caracterizado
a lo largo de su historia por la capacidad de acoger
actividades en relación con la economía,
el comercio, la producción, el recreo y la residencia
asociada a estas actividades, así como la relación
con la naturaleza.
Lo que denominamos urbano, la organización
de la trama de actividades del individuo y que en el
pasado se realizó en las ciudades europeas con
un alto grado de complejidad, y su relación
con la estructura edificada que la aloja, creemos es
la clave de la nueva identidad con los entornos urbanos
del futuro.
La propuesta reflexiona sobre los aspectos organizativos
y estructurales del urbanismo, sentando las bases para
que se desarrollen relaciones complejas entre sus elementos
y ser capaz así de cristalizar la identidad
específica del nuevo barrio como alternativa
real cualitativa y en coexistencia con el centro histórico.
Concurso de Ideas:Olmos Ochoa Arquitectos
Colaboradores: Rafael Medina, Ángel
Panero, Juan Laguna, Jaime Arroyo