El origen
de este proyecto es la construcción de un edificio
que sustituya al antiguo de la calle San Ignacio y que
permita una mejor y mayor integración con el edificio
principal de la Clínica Santa Isabel, trasladando
usos, mejorando la circulación interna y renovando
las instalaciones.
La superficie sobre rasante mantiene los mismos
valores del edificio que se demuele y sólo
se aumenta en superficie bajo rasante, con la construcción
de unos nuevos semisótano y sótano
que, a su vez, permiten dotar a la Clínica
de almacenes, aparcamiento obligatorio y centralización
de las instalaciones de las que ahora carece.
Con esta operación se resuelven múltiples
cuestiones que afectan al funcionamiento de la Clínica.
Los niveles de ambos edificios se equiparan, la UCI
se encuentra en la misma planta que los quirófanos
y la Radiología se encuentra en la misma planta
que las Urgencias. De esta manera se puede entender,
en cuanto al uso, como un único edificio con
una centralización de los controles de enfermería
y de las comunicaciones interiores.
Consta de 6 plantas con un uso distinto en función
de las necesidades de la Clínica.