Todo edificio
debe ser un ejercicio de investigación. Se explora
el lugar, cuidando la mejor ubicación, la orientación
más idónea para el uso a que va a destinarse;
se investiga el terreno para decidir sobre la posibilidad
y métodos de construcción; se analiza
el entorno, el paisaje; se investiga la mejor forma
de dar respuesta al programa funcional planteado; se
recaba información de los usuarios del futuro
edificio y por último, se contrastan las diversas
posibilidades hasta llegar a aquélla que al
final es la óptima, la única respuesta
posible.
El entorno de Campus Universitario es una zona muy
agradable. La posición predominante del solar
sobre las vistas, libre para captar el mejor soleamiento,
servirá para ubicar el edificio, de tal manera
que permita futuras ampliaciones, espacio libre y zonas
verdes a su alrededor.
Respecto al concepto espacial del edificio se ha atendido
a criterios de funcionalidad, versatilidad y durabilidad
del edificio, adecuación de los recursos económicos
al mejor resultado posible. La iluminación natural
por fachadas se complementará con un lucernario
norte sur que introducirá luz a la zona de pasillos
y fondo de los laboratorios.
Se proyectan cinco laboratorios de investigación
con área de despacho incorporado con capacidad
para cinco investigadores, con sus respectivos equipos
de 4 ó 5 personas. Aprovechando la mayor altura
necesaria en los laboratorios, se superpone a la crujía
de menor altura una planta con los despachos de dirección
y administración. En el espacio central se podrán
alojar la climatización, siendo accesibles sin
interferir en el funcionamiento del interior del edificio
y con ventilación directa.
Concurso de Anteproyectos: Instituto
Nacional de
Investigaciones Agrarias INIA.
Olmos Ochoa Arquitectos
Colaborador: Rafael Medina
Consultores:José María Fernández, estructuras.
JG Asociados, instalaciones